Libia Yamahiriya 2007

Marsella.

Llegamos con hora y media de antelación al puerto de Marsella. Ya estamos todos. Doce personas y seis 4x4 que vamos a la aventura del desierto libio. En el puerto nos encontramos con tres numerosos grupos de 4x4 franceses. Están los de Indian Motors con exclusivamente Jeeps y los de Sudexpe, ambos van a Túnez. El grupo de Imagine, también franceses, van a Libia igual que nosotros. En comparación con ellos apenas se nos ve, solo seis 4x4. Entre los tres grupos ya sumaran por lo menos dos centenares de 4x4. Su numero no nos arredra, solo con ver alguno de los todo terrenos que van ya sabemos que no se meterán en muchos “fregados”. Hay 4x4 muy preparados pero entre ellos también hay auténticos desastres de coches. Algunos van cargados hasta los topes, con los culos caídos del peso que soportan, otros son coches muy viejos, y hay alguno que ni siquiera tiene reductora como un Freelander que va en uno de los grupos. La mayoría solo van a darse un paseo por el desierto.

Nuestro grupo, aunque somos pocos, estamos preparados para una aventura mayor. En elToyota 4Runner de la organización va David, nuestro mecánico e interprete entre otras muchas cosas. Su copilota, Imma, es médico y se encargará de vigilar nuestra salud durante el transcurso de la expedición. En el Mercedes G500 vienen los madrileños Paco y Luis, para el primero este va a ser su tercer viaje a Libia. El motor 5.0 litros V8 gasolina del alemán y sus más de 300 cv. será muy bienvenido en los tramos más difíciles de nuestra travesía. En elToyota Land Cruiser corto vienen los Barceloneses Agus Esther, mecánico y enfermera respectivamente. En el Nissan Patrol vienen Josemi y David, dos majos chicos de Bilbao con ganas de aventura y con una nevera mejor que la de sus casas. También de Bilbao y en unToyota KXR vienen Javi y Miren, expertos en travesías africanas. Por último Aitor, mi copiloto, y yo mismo, en un Land Cruiser KDJ de organización con muchas rutas en sus ruedas.

En la explanada del puerto, aparte de los ya mencionados, encontramos grupos de moteros, turismos y autocaravanas. Está todo a rebosar. Las colas para entrar en el barco son enormes y los operarios del puerto no hacen nada por agilizar el embarque. El barco está a lleno de coches y gente. Hay colas para comer en los restaurantes, y en la cafetería es misión imposible conseguir que te atiendan. Pasamos el día sentados en la cafetería, charlando y conociéndonos, algunos aprovechan para echarse una cabezada después de la comida. Al final llega la noche y nos vamos a los camarotes a dormir. Todos estamos deseando desembarcar en África.

Túnez-Tataouine

 

A las 11 de la mañana comenzamos los trámites aduaneros en el puerto tunecino de La Goulette. En hora y media hacemos los papeles para entrar en el país y nada más salir de las instalaciones portuarias aprovechamos para comer. Con la tripa llena ponemos rumbo aTataouine. Desde Túnez capital cogemos autopista en dirección sur, paralelos a la costa. Unos kilómetros antes de El Jem se acaba el doble carril y entramos en carreteras generales. A pesar de que hay bastante circulación mantenemos un buen ritmo. Se nos hace de noche por el camino y un poco antes de las 9 llegamos a Tataouine. Nos instalamos en el hotelSangho. La temperatura es muy buena. Aitor y Paco incluso se animan a pegarse un baño en la piscina. Mañana entramos en Libia.

Tataouine-Ghadames

 

Madrugamos para desayunar a las 6 de la mañana. Media hora después estamos en marcha dirección a la frontera Tunez/Libia de Ras Ajdir. Una vez allí comienzan los papeleos con los funcionarios de ambos lados. Es de sobra sabido que en esta frontera te puedes tirar horas con dichos trámites. Nuestro contacto en Libia nos los agiliza en un tiempo record. En menos de una hora ya hemos hecho los seguros a los coches y puesto las matriculas libias. Ni siquiera nos han registrado los 4x4. Allí mismo cambiamos euros a moneda Libia. También nos asignan un policía turístico que nos acompañará durante nuestra estancia en el país africano. Se llama Hassan, tiene 33 años y no hay forma de entenderse con él, solo habla árabe.

 

Entramos en la primera gasolinera que vemos, vamos secos, y llenamos los tanques a tope. Nuestro poli hace de gasolinero y nos echa una mano. Lo bueno de Libia es que el litro de gasóleo está a 10 céntimos de euro y pagamos con una sonrisa de oreja a oreja. Nuestro destino de hoy es Ghadames. La carretera por la costa nos lleva por poblaciones muy concurridas y con mucho tráfico. Hay tiendas repletas de productos a los lados de la carretera y gente por todas partes. Giramos hacia el sur y a partir de la localidad de Nalut el paisaje cambia. Las carreteras son rectas interminables. El terreno se va haciendo más árido y las poblaciones cada vez están más dispersas. Vamos rápido, a unos 140 km/h, y hacemos las paradas justas. Pasamos por Sinawan y a la altura de Derj empieza a anochecer. Al llegar aGhadames entramos en la primera gasolinera que vemos. Llenamos los depósitos y los jerrys a tope. Como en ocasiones no hay petróleo, decidimos aprovisionarnos cuanto antes del preciado líquido. Nos alojamos en un hotel de la localidad, modesto pero aceptable.

 

Ghadames-Erg Awbari-Al Wainat

 

1º Día

La primera mitad de la mañana la aprovechamos para visitar la ciudad antigua de Ghadames. Una serie de estrechas callejuelas nos conducen a su interior. Ya no vive nadie dentro de sus muros. Esta medina es solo un lugar de visita para los turistas que hasta aquí se acercan. Muchas de las casas están en ruinas pero algunas de ellas están rehabilitadas. Entramos en una de ellas, un descendiente de la familia que la habitaba nos la enseña. Sacamos fotos de las habitaciones y nos explica la forma de vida de sus ancestros. Después de tomar un té a la menta en una pequeña plaza regresamos a los coches. 

Nuestro policía, Hassan, nos conduce a la comisaría para que sellen nuestro pasaporte, todo ello acompañado de 25 dinares (15 euros) que debemos pagar por el trámite. Será que la tinta del sello es muy cara... Aprovechamos para comprar pan y agua en una tienda cercana. En los próximos tres días estaremos cruzando el Awbari y no tendremos posibilidad de conseguir estos productos de primera necesidad.

Por carretera nos dirigimos a Derj, a partir de esta población entramos en pista. Ésta es ancha y el firme bastante bueno. A pesar de que vamos cargados podemos avanzar a una velocidad de unos 90 Km/h. Vamos rumbo sur en busca de las dunas del erg Awbari. A mediodía paramos a comer. El sol pega fuerte y hace calor, estamos a unos 30º. Afortunadamente la nevera de Josemi nos alivia de los calores con unas cervezas y colas bien frías. Durante 100 Km. seguimos por esta pista y la tenemos que abandonar cuando se desvía en exceso hacia el oeste. A partir de aquí y por hamadas en las que la vista se pierde en el horizonte continuamos por pistas más pequeñas. En algunas ocasiones solo son unas rodadas pero afortunadamente nuestros way points se encargan de meternos en el camino correcto. Al fin, a última hora de la tarde, a falta de 20 minutos para que anochezca, llegamos a las primeras dunas del erg. 

Bajamos presiones y atacamos las primeras arenas. Son bajas y de poca dificultad. Un kilómetro más adentro, en un llano, instalamos nuestro primer campamento. Sacamos las sillas y mesas, encendemos los hornillos y ponemos las tiendas. David nuestro mecánico hace de improvisado chef y nos obsequia con unas raciones de pollo con butifarra de sabor exquisito. Por si esto no fuera poco saca una pata de Jabujo, pata negra de bellota, que hace las delicias de todo el personal. Todo ello regado con un vino de la tierra, hace que nuestra primera acampada en el erg awbari sea una delicia. Después de la cena hacemos una fogata y alrededor de ella nos preparamos unos cubatas de ron con coca cola. Hassan, que no se animó a comer jalufo (cerdo), no tiene ningún reparo en beber ron. La noche se anima, ponemos música del CD de un coche. El alcohol sigue fluyendo y nuestro policía tararea las canciones e improvisa algunos pasos de baile. Todos estamos contentos, hemos llegado a nuestro primer objetivo y mañana empieza la aventura. Poco a poco la gente se va retirando a sus tiendas de campaña. Estamos en el mejor hotel del mundo, el de las mil estrellas, las que están sobre nuestras cabezas.

 2º Día

Acompañados por la música a todo volumen que emana de nuestro Toyota se despierta el campamento. Son las 6:30 de la mañana y el son machacón de Funky cool Medina no deja indiferente a nadie. Todavía no ha amanecido y comenzamos a recoger las cosas y preparar los desayunos. Una hora y media después partimos rumbo sur, nuestro way point de referencia se encuentra a 95 Km. en el interior del erg. 95 kilometros de dunas que deberemos sortear. La mañana comienza con grandes llanos de arena y cordones de dunas que superamos sin dificultad. Periódicamente paramos a estirar las piernas, disfrutar del paisaje y sacar fotos. En una de estas paradas nos aprovisionamos de leña de un árbol muerto. Avanzamos rápido, tan rápido que a la hora de comer estamos a tan solo 4 Km. del way point que teníamos previsto como zona de acampada. Comemos a la sombra de nuestros coches, la temperatura es de 37º y vemos como David reposta un par de jerrys en su 4Runner bajo un sol de justicia. Continuamos la ruta y el erg Awbari impone las primeras dificultades. Una zona de arenas blandas atrapa el G de Paco, el Toyota de Agus y al nuestro. Con pocas y precisas maniobras salimos del atolladero. El erg nos avisa que no debemos confiarnos.

Pasadas las 4:30 de la tarde elegimos el lugar de la acampada, todavía el sol está alto y nos da tiempo a descansar. Hemos hecho 150 Km. de dunas, ponemos el campamento sin prisas y disfrutamos de la puesta de sol. Estamos en el centro del erg Awbari, hasta donde alcanza la vista no hay mas que dunas. Cena, fogata, tertulia y unas copas. Todo un lujo en el desierto...

 3º Día

Diana a las 6:30. A las 8:00 estamos en marcha. Hacemos un par de cordones de dunas, de repente el paisaje cambia. Es como si nos abrieran las puertas de otro lugar: entramos en el corazón del Awbari. El paisaje es sobrecogedor, enmudecemos. Nos adentramos en un mundo de gigantes y nosotros somos los insectos. Colosales montañas de arena nos rodean según avanzamos. El sol del amanecer se refleja en ellas con colores irreales. Desde su silenciosa grandeza imprimen respeto. Nos sentimos privilegiados al pertenecer al pequeño grupo de personas que disfrutaran de esta belleza. Gracias a nuestros 4x4 penetramos en este santuario, se me ocurre un nombre para este lugar: Las Catedrales del Tiempo. Lasdunas se vuelven más técnicas, los grandes llanos ya quedaron atrás. Navegamos acontraduna  y a veces son insalvables, no hay forma de atravesarlas, son autenticas murallas. Esto nos obliga a dar rodeos y en más de una ocasión la única salida es un paso muy técnico. Un error en estos pasos podría hacernos caer en una olla, dañar nuestro 4x4 o tardar horas en rescatarlo. Nuestro grupo de aventureros afronta sin incidencias estas zonas. Son gente con experiencia en dunas y se desenvuelven con habilidad sobre este elemento.

Hay momentos en los que abandonamos los valles de dunas para encaramarnos a cordilleras mas altas. Subimos como si de escalones se tratara, ascendiendo cada vez más alto. Una vez arriba, el erg Awbari nos recompensa mostrándonos sus encantos. Colosales dunas y esporádicos valles interiores, un paisaje de una grandiosidad extraordinaria, tan bello como peligroso y salvaje. Una ruta solo diseñada para los más locos del 4x4. Solo contamos con nosotros mismos.

 

 

A pesar de la dificultad de la zona, la habilidad de los conductores hace posible que la jornada sea un autentico éxito. Acabamos el día con 137 Km. realizados, aunque realmente solamente avanzamos 60 Km. en línea recta. Acampamos con la satisfacción de haber superado la zona mas complicada del erg Awbari.

 

4º Día

Como todos los días de acampada, ya es tradición, la música despierta al grupo antes del amanecer. Hay incluso alguno que pregunta por la dichosa canción, les empieza a gustar. El proceso es exactamente el mismo de todos los días: desayuno, aseo, plegado de tienda y acondicionamiento de carga en el 4x4.

 

Hoy nuestro destino es Al Wainat. La parte más difícil del erg ya esta superada pero no por eso las dunas que tenemos por delante tienen que ser fáciles. Meto en el GPS las coordenadas de esta población y la distancia me marca 162 km. Hoy va a ser una jornada bonita. Largos e inmensos valles se nos aparecen en nuestro camino y cada cierto tiempo cruzamos cordones de dunas que se interponen en el rumbo suroeste que seguimos. En uno de estos cordones Josemi y su GR tienen problemas. Es una pendiente prolongada y elNissan anda un poco justo de potencia. Al final y tras varios intentos consigue subirlo a lo más alto de la cordillera. En los valles quitamos las reductoras ya que estos llanos son tan grandes que en cortas vas muy despacio. Es en estos llanos donde encontramos signos de gentes que ya han pasado por aquí. Lo que más hay es rodadas pero también nos encontramos con algún neumático “olvidado” y alguna botella de plástico que debía molestar a su dueño. Es una pena que un paraje tan bello no sea cuidado por sus visitantes.

50 Km. antes de Al Wainat entramos en carretera y llegamos al camping a las 15:00 horas. Comemos en el interior de una cabaña y pasamos la tarde a la sombra. Estamos a unos pegajosos 40º y el calor es asfixiante debido a la humedad. Al Wainat en árabe significa los manantiales, situado a 630 m. de altitud es un oasis sumamente rico en aguas. El ambiente que se respira en esta población es el de un lugar de paso. Un lugar ya citado en los apuntes de los primeros exploradores del siglo XIX.

 

Vemos llegar a un grupo de todoterrenos, son italianos y traen eslingado a un Defender 110. A última hora de la tarde y aprovechando el fresco de la noche vamos a la gasolinera del pueblo a repostar, de paso aprovechamos para comprar pan y agua. De nuevo en el camping se nos acerca un italiano que habla español. Se llama Roberto Musi y es el responsable de Sahara Dream, empresa dedicada a organizar viajes a Libia en 4x4. Nos cuenta que el Defender se ha quedado en mitad de unas dunas y que han estado todo el día trabajando para sacarlo de ellas. El conductor del Land Rover es novato y ha quemado el embrague. Roberto es un tío muy majo y ha viajado innumerables veces a Libia. Compartimos información y vivencias, pasando un rato agradable en su compañía y contándonos el itinerario de nuestros respectivos viajes.

 

Al Wainat-Akakus

 

Salimos de Al Wainat sin prisas, a eso de las 9 de la mañana. La pista que baja para elAkakus es sencilla y no muy larga, poco más de 100 Km. Hacemos varias paradas para sacar fotos a las curiosas formaciones de rocas que se nos aparecen en el camino. Nos encontramos con tramos de piso ondulado y zonas de arena donde disfrutamos con la conducción. A la hora de la comida llegamos al majestuoso arco del Akakus, también llamado de Fozzigiaren, una impresionante mole de unos 150 metros de altura. Comemos parapetados bajo su sombra. Allí nos encontramos con el grupo de Roberto y le volvemos a saludar. La tarde la dedicamos a recorrer la zona. Al ponerse el sol instalamos el campamento en un arenal no muy distante del gran arco del Akakus. Hemos hecho 210 Km.

 

Akakus-Erg Murzuk

En el día de hoy nuestro primer objetivo es llegar al paso de Tilemsin. Un gran paso natural que divide la cordillera del Messak. Los primeros 40 Km. son de pistas y al llegar a la altura del paso vemos que entre nosotros y él hay un cordón de dunas de importantes dimensiones. Bajamos presiones y nos disponemos a atacarlo. Al rebasar las primeras dunas aparecemos en un valle de una belleza impresionante. Lo cruzamos y al poco rato se nos aparecen más arenales. Son dunas fáciles y divertidas pero nos obligan a perder tiempo para rebasarlas y eso es lo que no nos sobra. Por fin vemos a lo lejos el paso de Tilemsin. Llegamos a él cruzando una enorme hamada, del medio del paso surgen dos montañas que dividen el camino. Optamos por la vía del sur y nos encontramos con una llanura de arena blanca y totalmente lisa. 
 

Los kilómetros se suceden según nos adentramos, a pesar de ello parece que cuesta avanzar. Todo es tan enorme que somos como pulgas en un mundo de gigantes. Muy a lo lejos vemos un pico, es una gran duna. El erg Murzuq se nos aparece delante de nuestros ojos. Son dunas colosales que comienzan desde el mismo llano y ascienden sin contemplaciones centenares de metros en paredes muy verticales. Sorteamos un pequeño cordón para acceder al valle por el que queremos entrar al corazón del Murzuq. Es en este cordón donde Josemimete un topetazo con su Gr al descender una duna. David que andaba despistado y sin cinto, sale disparado hacia delante, golpeando con la cabeza el parabrisas del Nissan. El cristal se raja en varios cachos y Josemi nos avisa por la emisora del incidente. Al principio todo el mundo se preocupa, pero al saber que a David no le ha pasado nada viene el cachondeo general. Que si “rompetechos” que si “se te va la cabeza”, durante un rato nos echamos unas risas por la emisora. David con su buen carácter no se lo toma a mal. Casualidad que en ese instante empezamos a oír unas voces que hablan en castellano. Extrañados intentamos comunicarnos con ellos. Hay muchas interferencias pero conseguimos contactar. Se llamaAntonio y nos dice que está en Toledo. Nos pregunta donde estamos y al oír nuestra respuesta se queda estupefacto. Le tenemos que repetir varias veces que sí, que estamos en el sur de Libia. Le explicamos que somos un club de 4x4 de Cantabria y que estamos de ruta por este país africano. El nos responde que también es aficionado al 4x4. La comunicación se interrumpe, ya solo oímos ruidos inconexos. Que lejos estamos de casa...

 

Llegamos al valle por el que tenemos previsto entrar al erg. El paisaje es de postal, parece un cuadro. Un valle sobrecogedor se nos abre delante de nosotros. A los lados enormes dunas rojas lo protegen. Nos internamos por él disfrutando intensamente de este momento tan especial. Somos los únicos visitantes de esta maravilla de la naturaleza. Diez kilómetros más adelante se acaba el valle y nos encontramos con una pared de arena frente a nosotros. No es muy alta, unos 15 metros, pero no deja posibilidad alguna a ser rebasada. La pared es de arena blanda y en lo alto tiene corte. Subimos a pie para ver que hay detrás. Vemos una olla y al otro lado otra pared aún peor que la primera. El paso por aquí es inviable. Atacamos por varios sitios la cordillera de dunas de nuestra izquierda. No hay manera, en el primer intento una olla nos impide el paso, en el segundo nos hundimos en la arena al intentar subir una ladera. Volvemos al ataque por otro sitio, conseguimos encaramarnos y ascender unos cuantos escalones pero la verticalidad estas dunas es tremenda y los escalones que hay apenas dejan maniobrar a nuestro 4x4. Me parecen unas dunas muy complicadas, no ofrecen concesión alguna a ser atravesadas. El Awbari tenía zonas difíciles pero siempre había alguna vía de escape o un paso técnico que permitía salir en alguna dirección. Esto es diferente. Mi experiencia me dice que seguir intentándolo nos puede acarrear más de un disgusto. Roberto tenía razón cuando nos dijo en Al Wainat que el Murzuq por Tilemsin era una vía muy difícil. Lo hemos comprobado por nosotros mismos. Hablo con la gente y decidimos retirarnos. Alguien dijo una vez que retirarse a tiempo de la batalla siempre te deja la oportunidad de volver a luchar...

 

Evaluamos el resto de opciones. La primera es ir más al sur, por el paso de Anaj y cruzar elMurzuk por donde lo hacen las rutas convencionales. El problema es que con el petróleo que llevamos en los jerrrys no nos llega. Tendríamos que ir hasta Ghat para reaprovisionarnos, demasiado lejos. Optamos por bordear el erg por la pista que va hacia el norte. La pista no es demasiado mala y hacemos unas decenas de kilómetros antes de acampar en unas dunas próximas a la pista. Ponemos las tiendas acompañados por un viento del este que incomoda. Después de cenar encendemos la fogata, el viento cambia y viene del norte. Es tan fuerte que llega a hacerse insoportable. Da la impresión de que el Murzuk quiere echarnos de allí, que le disgusta la presencia de estas gentes que vienen a perturbar su tranquilidad silenciosa. La mayoría optamos por meternos en las tiendas para protegernos del viento. Solo unos pocos aguantan junto al fuego.

 

Erg Murzuk-Germa

Nos ponemos en marcha dirección a los grabados rupestres del Mathendush, distantes de nosotros unos 40 Km. en línea recta. La pista es buena y enseguida nos distanciamos unos de otros. El KXR de Javi y Miren junto al 4Runner de David e Inma paran para hinchar una rueda. Hablamos por emisora con ellos y cuando nos dicen que nos esperarán donde los grabados comienza un duelo de navegación. Como niños competimos por intentar llegar los primeros. Con las prisas Javi y David pierden el contacto visual y cada uno va a su aire. Nuestro grupo, más compacto, se la juega abandonando pista y yendo campo a través. Fallamos, la hamada se convierte en un pedregal que nos obliga a buscar pista. La encontramos pero a esas alturas David nos comunica que ya esta en el lugar. Javi se nos une al grupo y nos dice que ha pinchado una rueda de un llantazo contra una piedra. Le ayudamos a cambiarla y llegamos al Mathendush. Los grabados se encuentran en un oued, en una de sus riveras hay una pared de piedras y allí están. Sacamos fotos de los verdaderos, hay varios falsos e inscripciones en árabe de otros visitantes.

 

Continuamos ruta en dirección al pueblo de Awbari, nos internamos unos kilómetros en la cordillera del Messak y al rato nos damos cuenta de nuestro error. Las pistas están muy rotas y son intransitables. Javi vuelve a dar otro llantazo y tenemos que cambiar otra rueda. Ya no le quedan más de repuesto. Las ruedas del KXR tienen muy poco flanco y enseguida tocan con la llanta. El “técnico” de Toyota que eligió esta medida de rueda había que darle una medalla... La pista es tan mala que casi no puedes meter segunda. Nos damos la vuelta y regresamos a la pista del Murzuk. Es muy rápida y con tramos arenosos. Durante los próximos 100 Km. nuestra velocidad se mantiene a más de 100 por hora. Nuestros 4x4 levantan enormes estelas de polvo que el viento se encarga de apartar ya que sopla de lado. Durante nuestro recorrido adelantamos a una quincena de 4x4 libios que llevan a turistas. Van rápidos pero no consiguen mantener nuestro ritmo y los dejamos atrás. Después de 3 horas de pistas rápidas llegamos a carretera, la cual nos conduce a la localidad de Germa. La leyenda cuenta que allí vivieron los Garamantes y esta población fue su capital. Llevamos a reparar las ruedas del KXR a una tienda de reparación de neumáticos, los dejamos allí y nos vamos a repostar. En la gasolinera Paco maniobra con su G y choca con otro turismo… y nos vamos a comisaría. El dueño del vehículo contrario quiere que le paguemos en metálico ya que carece de seguro. Nosotros tenemos el seguro en regla y los policías nos dicen que ese hombre es una mala persona y que no tenemos porque pagarle nada. Eso hacemos y nos vamos a recoger las ruedas de Javi y de allí al camping. Cenamos y antes de irnos a dormir David y yo estudiamos la ruta de mañana, la zona de los lagos y el erg Dawada.

 

Germa-Lagos de Awbari

 

1º Día

Hoy nos levantamos sin prisas, desayunamos y salimos del camping a las 9:30. Solo 100 metros ya que el 4Runnerde David no le sube la ventanilla del maletero y perdemos media hora en arreglarla. El lugar por el que entramos en el erg Dawada es una explanada ancha, surcada por miles de rodadas de todoterrenos que ya han pasado por allí. Nos encontramos con los restos de un Land Rover medio enterrado entre las arenas. Unos kilómetros más adelante aparece ante nuestros ojos el lago Mandara. Para nuestra desilusión está seco aunque conserva toda la vegetación a su alrededor. Nos sacamos unas fotos y vamos a por el siguiente. Um el Ma posiblemente sea el lago más bello de todos los que visitaremos. Con unas aguas cristalinas azul / verdosas no deja indiferente a nadie. Es el típico oasis que todos nos hemos imaginado, es de película. Su forma es alargada en forma de gota de agua. Las palmeras se arraciman en sus orillas y la vegetación es exuberante. 

La gente tiene razón cuando afirma que el desierto de Libia es el más bello de todo el Sahara. Continuamos en dirección al lago Gabraoun, para ello debemos de cruzar un cordón de dunas bien grande. Al principio las rodadas de otros viajeros nos marcan el camino pero según ascendemos cada vez hay menos y llegamos a perderlas. Abrimos camino y en algunas zonas las maniobras son delicadas. Alguno de nuestros 4x4 tienen pequeños contratiempos pero todos conseguimos llegar a lo más alto del cordón. En el descenso David se despista con tan mala fortuna que cae a una pequeña olla con su 4Runner de la cual es incapaz de salir. Encima ha desllantado la rueda delantera izquierda. Como va el último nos llama por emisora, necesita ayuda. Nos dice por la radio que cuando lleguemos al lugar que a nadie se le ocurra decir “¿Pero como te has metido aquí?”. Todos nos sonreímos al oírlo. El coche está bien metido en la olla y para trabajar lo menos posible Javi acerca su KXR. Con el winch y una polea de reenvío empezamos a tirar del Toyota atascado. Colocamos planchas debajo de las ruedas y al mismo tiempo empujamos el coche. Poco a poco el 4x4 va saliendo del atolladero.David con su inventiva consigue colocar de nuevo la rueda en su sitio. Para cuando desatascamos el coche ya es la hora de comer.

El lago Gabraoun está cerca y enseguida llegamos a él. Junto al lago hay un pueblo deshabitado que en su día debió albergar a unas 500 personas. Los Dawada eran las gentes que poblaban las orillas de este lago. Este nombre significa literalmente Comedores de gusanos, se alimentaban básicamente de pequeños crustáceos (Artemia salina), semejantes a unos gusanos, pescados por las mujeres en las aguas del lago. Ahora es un pueblo fantasma del que solo quedan tres chiringuitos para los turistas. En uno de ellos nos aposentamos. Le compramos la bebida al dueño y comemos de nuestras provisiones.

 

Nada más comer Aitor coge una tabla de snow y le subo en el coche hasta lo alto de una duna cercana. Se tira con la tabla en tres ocasiones y hay que reconocer que no lo hace nada mal. Desde el chiringuito todo el mundo observa sus evoluciones en la tabla de snow.

 

A las 5 de la tarde partimos en dirección al lago Uhel Hassan. Nos queda poco más de una hora de luz. En los primeros cordones de dunas nos encontramos con una doble bajada impresionante. En total serán unos 250 metros de descenso vertiginoso. Los coches se ven diminutos en semejante pared de arena. Estamos a unos 6 Km. en línea recta del lago y atacamos la siguiente cordillera. Ascendemos muy alto de loma en loma. A veces la arena pierde consistencia y los coches se hunden a pesar de ir muy bajos de presiones. Solucionamos los pequeños atascos. Generalmente es al descender los cordones cuando nos encontramos con arena muy blanda. Por fortuna al ser en bajada conseguimos la mayor de las veces evitar atascarnos. Miramos la altura del sol y vemos que apenas nos quedan 20 minutos de luz. En lo alto de una cordillera aprovechamos una vaguada para instalar nuestro campamento. El paisaje es espectacular y la puesta de sol impresionante. El erg Dawada nos enseña todos sus secretos.

 

Para la cena tenemos sorpresa, Agus y Esther compraron huevos en Germa y gracias a dios ninguno se ha roto durante el trayecto. Josemi en su cocina de profesional se encarga de freírlos, todo un lujo. La noche termina con una fogata y un cielo estrellado. Hace frío pero la ausencia de viento y el calor del fuego hace que nos sintamos muy a gusto.

 

 

2º Día

Como viene siendo habitual todos se despiertan con la música a todo volumen. Oímos las risas de Josemi cuando ve pegar un brinco a su compi David al despertarse tan sorpresivamente. Después del desayuno nos ponemos en marcha rumbo al último lago de nuestra ruta. Cinco kilómetros más adelante lo localizamos, no tiene nada de especial, lo único destacar que se nota que es el menos visitado. Quizás por su lejanía del resto de lagos, o quizás por su hedor que nos llega en la distancia…

 

Proseguimos ruta, las cordilleras y valles que encontramos a nuestro paso los vamos cruzando transversalmente en dirección noroeste. Son dunas muy divertidas de hacer sino fuera porque la naturaleza de esta arena es muy traicionera. Hay tramos en los que la arena es dura y unos metros más adelante, sin explicación aparente, ésta se vuelve muy blanda y los coches se hunden sorpresivamente. En ocasiones tenemos que retroceder marcha atrás y buscar vías alternativas. Hay que ajustar las marchas e ir alto de vueltas para tener margen de maniobra. Aún a pesar de estos inconvenientes, este lugar merece la pena, los paisajes son increíbles y este recorrido por el desierto de libia es una aventura en toda regla. Desde lo alto de una duna vemos el fin del erg.

 

Mis sentimientos se entremezclan, por un lado me alegro de haber terminado con éxito las etapas de dunas, ninguna avería y todos contentos de este viaje tan intenso. Por otro lado me da pena no seguir surcando estos mares de arena en busca de más lugares fascinantes. Los objetivos del viaje los hemos cumplido con nota. Nos queda la espinita del Murzuk, pero estoy seguro, que la próxima vez que volvamos lo conseguiremos atravesar. Es una cuenta pendiente, quizás un mensaje del destino, un aviso de que esta no será la última vez que surcaremos las dunas libias con nuestros camellos de acero.

El llano se ve en el horizonte, la tierra firme como dirían los marinos. Paramos a comer. Con los coches y unos toldos nos hacemos un parapeto para protegernos del sol. Pasamos la tarde relajadamente. Mientras unos charlan tomando un café otros se echan una siesta a la sombra. Aprovechamos para ver en el portátil los tracks que hemos realizado durante el viaje. A la noche cena, hoguera y a dormir.

 

3º Día

Salimos del llano de arena en el que estábamos y nos acercamos a la localidad de Idri. Por la mañana cogemos una pista que nos lleva en dirección norte por la meseta de El Hamra. La pista esta fatal, toda llena de baches. Retrocedemos y cogemos otra pero da igual, no hay mas que piso ondulado y piedras. A estas alturas del viaje no nos interesa castigar los 4x4 sin sentido. Regresamos a Idri. Por carretera nos dirigimos hacia el norte, a Trípoli. Es un día aburrido de carreteras interminables. En medio de la nada en un llano cercano a unos 300 metros de la carretera, ponemos nuestro último campamento en Libia.

Trípoli

 

1º Día

Llegamos al hotel Ba al Bahar de 5* a la hora de la comida. Nos dan las habitaciones y por la tarde visitamos la medina de la capital. Las calles están atiborradas de gente, sin asfaltar y bastante descuidado todo en general. Lo bueno es que los comerciantes libios nos dejan tranquilos y no nos atosigan como en Marruecos. Tomamos un té en la Plaza Verde. Es un lugar muy bullicioso.

La ciudad de Trípoli y sus habitantes nos reciben con indiferencia, lo cual agradecemos. Vemos a muy pocos turistas y nadie nos agobia para que compremos souvenirs. Cenamos en un restaurante cercano a la plaza. El menú es único, no hay opción de elegir.
 

2º Día

Salimos en dirección a Leptis Magna distante unos 100 Km. de la capital. Ésta ciudad romana fue declarada por la UNESCO patrimonio de la humanidad en 1.982. El apogeo de este núcleo urbano se alcanzó con la subida al trono imperial, en el 193 d.C., de Séptimo Severo. Una vez entre sus ruinas visitamos las termas, el teatro, sus diversos templos y como no, el gran arco en honor a Séptimo Severo. Este lugar es impresionante. Observamos los restos de lo que en un día fue una población romana habitada por 70.000 almas. Este lugar nos hace retroceder en el tiempo imaginando como fueron las vidas de las gentes que allí vivieron.

 

De vuelta a Trípoli paramos a comer en una especie de Pizzería y allí nos encontramos con un español. Su coche es un Toyota LJ con especificaciones africanas, va solo. Nos cuenta que ha salido de España y su intención es dar la vuelta al mundo. Nos ponemos a charlar con él, nos enseña su vehículo y como lo lleva preparado. Todo un aventurero. Le deseamos suerte en su viaje.

 

3º Día

Aprovechamos para visitar la medina de Trípoli y sus tiendas. Recorremos sus callejuelas, algunas desiertas y otras muy concurridas. En las tiendas nos encontramos con algún turista, que igual que nosotros busca comprar algún recuerdo de su estancia en Libia. Al final lo conseguimos y todo el mundo compra algo. Regalos para los familiares y amigos que nos esperan en casa.

A última hora de la mañana el grupo se divide, unos en busca de tiendas de electrónica y otros a visitar el museo de la Yamahiriya.

 

Trípoli-Túnez

 

1º Día

Camino a la frontera hacemos una parada cultural en las ruinas romanas de Sabratah. No tienen el tamaño de las de Leptis Magna pero el teatro esta muy bien conservado y gran parte de la visita la dedicamos a fotografiarlo y disfrutar de este lugar tan especial.

 

En la frontera de Ras Ajdir nos encontramos con nuestro enlace libio el cual nos ayuda a realizar los trámites de cruce de la frontera. Nos despedimos de Hassan, nuestro policía. A pesar de entendernos por signos hemos trabado amistad con él. Si volvemos a Libiaintentaremos repetir con él, como dice el dicho, más vale lo malo conocido…

En la frontera coincidimos con un par de grupos de 4x4 franceses… y son un montón. El funcionario en el lado tunecino es un poco lento aunque simpático. David le echa una mano haciendo de traductor. Llegamos a Tataouine de día y nos relajamos tomando una sisa en el salón del hotel.

 

2º Día

Rumbo norte. Por carretera nos dirigimos a nuestro primer objetivo, El Jem. El anfiteatro romano de El Jem es, sin duda, uno de los monumentos romanos más famosos de Túnez. Su impresionante arquitectura destaca majestuosamente entre las casas bajas de la ciudad. Ocupa el séptimo rango mundial después del de Roma, Capua, Milano, Autum, Verona y Cartago. La construcción, de forma elíptica, tiene 36 m. de altura y sus dimensiones son de 148 m. por 122 m. 

Visitamos este lugar sorprendiendonos de su gran tamaño, sus arcos de piedra y su foso central, donde sin duda, en la antiguedad, lucharon y murieron los gladiadores.

Finalizada la visita comemos en un chiringuito proximo al anfiteatro. Hace sol pero se nota que estamos en noviembre. A la sombra del local, la brisa nos recuerda que se acerca el invierno...

 3º Día

Hemos pasado la noche en Hammamet, población turística situada en la costa a 60 kilómetros de Túnez capital. El hotel es el Reina de Africa de 4* con unas instalaciones más que aceptables. Dispone de piscina climatizada, hamman para masajes e Internet, todo un lujo.

Llegamos por autopista hasta Túnez y de allí al puerto de La Goulette. Que lejos queda el día en que desembarcamos con dirección a Libia, con nuestros deseos y sueños de descubrir los secretos de su desierto. Ahora, de vuelta a la cotidiana realidad de nuestras vidas, nos quedan los recuerdos las fotos y las experiencias vividas durante esos días de aventura. Unas jornadas en las que miramos cara a cara al Sahara. Un reto que superamos en grupo pero que cada uno ha vivido de forma individual.

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 Jon Rodriguez.