Tunez Semana Santa 2008

El Club Sahara Raids 4x4 aprovechando las fechas de Semana Santa de 2.008 se desplazo a tierras tunecinas desde el 15 al 27 de Marzo. Los componentes del raid eran gentes provenientes de Cantabria, País Vasco, La Rioja, Cataluña, Burgos y Andorra. En total 12 vehículos 4x4 y 24 personas.

Una huelga del ferry en el día anterior a embarcar provocaba un día de retraso para llegar a Túnez. Se aprovechó la estancia en Marsella para conocer la ciudad y hacer turismo por la población gala.

Una vez realizados los trámites fronterizos en el puerto tunecino de La Goulette y cambiados los euros necesarios a dinares, poníamos rumbo a nuestro primer objetivo: Tataouine. A las doce pasadas de la noche llegábamos al Hotel Sangho, donde nos esperaban con la cena caliente, todo un detalle.

Al día siguiente, mientras parte de la organización se encargaba de tramitar los permisos para entrar en la zona militar del sur de Túnez, el resto del grupo nos dirigíamos a visitar uno de los mejor conservados Ksares de la zona: Ksar Ouled Soltane. Se trata de una fortificación que antiguamente servía como protección a los habitantes del lugar y como almacén de grano.

Aprovechando la estancia en Tataouine se visitó un antiguo enclave bereber: Chenini. En la visita guiada descubrimos como vivían sus moradores, sus viviendas típicas y lugares más significativos.

 

En un puesto militar a pocos kilómetros de la localidad de Remada esperamos la mayor parte del grupo la llegada de los permisos para entrar en la zona vigilada por el ejercito. El secuestro de dos ciudadanos austriacos entre las fronteras de Argelia y Mali tenía muy alterados a los militares tunecinos. Tras largos y cansinos trámites en varias oficinas gubernamentales de Tataouine, por fin, conseguíamos los permisos. Obligados por la burocracia tunecina nos impusieron un supuesto guía al cual tuvimos que abonar 150 euros por sus servicios. Aún así el descontrol militar y la incapacidad del ejército tunecino nos obligaba a ralentizar la marcha en cada control al que llegábamos. Fotocopias de los permisos, comprobación de ocupantes, pasaportes, sellos, llamadas a los superiores, nuevas comprobaciones, etc. Y cuando nos quejábamos de la tardanza nos contestaban que era por nuestra seguridad. Incluso la presencia del guía tunecino que nos acompañaba no ayudaba a solucionar éstos trámites. El colmo de esta situación tuvo su punto álgido en la estación petrolífera de El Borma, donde en menos de un kilómetro nos llegaron a parar en tres controles para comprobar nuestra documentación.

Una avería grave en un coche de la organización, la imposibilidad de dividirnos debido a lo estricto de los controles militares y la violencia de las tormentas de arena en la zona de El Borma nos hacia replantearnos nuestro destino sur: Borj El Khadra. Tras una acampada en las dunas próximas a la estación petrolífera y entre fuertes rachas de viento partíamos en dirección norte hacia el oasis de Ksar Ghilane.

 

Una vez en el oasis, nos acomodamos en un campamento de haimas, junto a un estanque de aguas termales. Aprovechamos el día para internarnos en las dunas que rodean Ksar Ghilane. Las dunas eran pequeñas, aún así disfrutamos de la conducción por este elemento.

Un entrenamiento para los más expertos y la primera toma de contacto con las dunas para los que pisaban África por primera vez. A última hora de la tarde, cuando el sol se posaba en el horizonte, retornamos al oasis donde nos esperaba una reconfortante cena.

 

La siguiente etapa nos llevaba hasta la localidad de Douz, a un centenar de kilómetros al norte. Una etapa de desierto en estado puro. Ya por la mañana cruzábamos los primeros cordones de dunas, ligeramente más grandes que los del día anterior, pero que en ningún momento supusieron problema alguno en ser rebasados.

Aprovechámos la última zona de dunas para sacar las mesas y sillas para regalarnos una buena comida de mediodía. Con tiempo de sobra no tardo en correr el vino e incluso el cava entre los participantes de la ruta, todo ello aderezado con variadas viandas que salían del interior de nuestros 4x4. Todo un lujo de comida con un paisaje de excepción, el desierto tunecino. Una pista rápida nos acercaba a Douz y daba el broche final a un día perfecto de 4x4. Después de la cena en el hotel, nos fuimos con los coches a una zona de dunas cercana y celebramos una fiesta de despedida del desierto. Una copa, una buena conversación y una hoguera a nuestros pies ponían punto final a la jornada.

La travesía de Chott el Jerid era temida por los integrantes de la organización, ya que el mal tiempo en la zona y las posibles lluvias caídas podían significar una trampa de barro en este lago seco. No sin cierta satisfacción se comprobó que era una falsa alarma, las pistas estaban firmes y no hubo ningún atasco. En las cercanías de Nefta, a última hora de la tarde, visitábamos uno de los escenarios de Star Wars. La pista de acceso estaba fatal debido al piso ondulado y los escenarios sin mantenimiento se van deteriorando.

 

De vuelta hacia el norte visitamos los oasis de montaña. Destacar la belleza del estanque del oasis de Chebika y su curso de agua, la cascada de Tamerza y el cañón por donde fluye ocasionalmente el río, en la localidad de Mides. Lugares que fotografiamos y siempre nos quedaran en el recuerdo por su belleza.

      

Las ciudades de Kairouan y Hammamet pusieron punto y final a nuestro recorrido por Túnez. Aprovechamos para visitar sus medinas, zocos y mezquitas. Y para realizar nuestras últimas compras.

 

De vuelta en Marsella los integrantes de este Raid a Túnez 2.008 nos despedíamos y partíamos cada cual a nuestros puntos de origen.

 
Jon Rodríguez.